Tarta tatin de mango y mandarina




Hoy vamos a traer una tarta especial para postre, merienda o desayuno; más rápida, sana y deliciosa de todas las que he tenido el gusto de probar. Llena de una de las frutas tropicales que cada día está más reconocida y cada vez es más fácil de conseguir. La podemos encontrar en casi todos los supermercados de todo el país. Llamado melocotón del trópico, tiene un ligero toque acido, dulce y fibroso; lo vamos a fusionar con lo más dulce de nuestras tierras valencianas, la mandarina clementina, y como resultado nos va a quedar un estupendo tatin de mango y mandarina.

No vamos a entrar en rollos de historia sobre las hermanas Tatin y su estupendo tartin de manzana, ni de cómo se extendió su tarta por los cinco continentes más rápido que la pólvora o que los videos virales de gatitos. No, hoy nos vamos a centrar en la evolución de esta receta al pasar del terreno tropical a las tierras valencianas, llevándose su particular sello y aroma.

Ingredientes:

  • 140 g de mango (dos mangos generosos).
  • Tres mandarinas clementinas maduras.
  • Una masa de hojaldre sin gluten de Mercadona.
  • 40 g de margarina (menos grasa, sin lactosa) o de mantequilla.
  • Tres cucharaditas de panela.

Primero cortaremos nuestros mangos en trozos medianos, en el video de YouTube lo puedes visualizar, y sacaremos el zumo de nuestras mandarinas que mezclaremos con las tres cucharadas de panela.

En una sartén vierte la mantequilla o, si quieres evitar la grasa y la lactosa, margarina. Cuando esté derretida, añade el mango y deja que se cocine lentamente entre diez y quince minutos, esto va a depender de lo maduro que lo compres. Te aconsejo que esté muy maduro, será mucho más dulce. Una vez comience a cambiar de color, vierte el zumo de naranja con panela por encima del mango y no dejes de remover hasta que evapore el caldo. Apaga el fuego.

Extiende la masa de hojaldre por encima de la sartén. A mí, me gusta doblar el reborde para adaptarla a la sartén, eso le da más consistencia al borde. La pinchamos con un tenedor para dejar salir los vapores y la metemos en el horno una media hora a 200 grados.

Sácala del horno y deja que enfrié. Para pasarla a un plato, calienta un poco la sartén de nuevo en el fuego, eso ablandara el caramelo de la base y hará que, cuando le des la vuelta a un plato, se despegue el mango del metal. Si aún queda algún trozo, recógelo y lo colocas, es como jugar a un puzle ¿Quién dijo que la cocina no es divertida?

Ya solo queda disfrutar de esta fruta tropical ligeramente anaranjada, sin gluten y que si no te das prisa te puedes quedar sin probarla. El que avisa no es traidor.

Espero vuestros comentarios, que busquéis alimentos glutenfree y que nuestra lucha os haga más libres.

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