Mejillones tigre (sin gluten)




No nos hemos podido resistir, lo hemos estado alargando todo el tiempo que nuestra capacidad de concentración nos ha permitido, pero de tanto retenerlo nos ha explotado en un sunami de sabor arrastrándonos a uno de los sabores marineros de más potencia y, como estamos acostumbrados, sin gluten.

No sé a quién se le ocurrió primero eso de hacer una croqueta con la concha de un mejillón, eso siempre se tiraba al hacer una croqueta de mejillones, pero se coronó con una receta que ha sido replicada en casi todo el mundo y tapa estrella en muchos restaurantes.

Y sí, tiene que ser picante, y le debe ese honor a su apellido, tigre, uno de los felinos más escurridizos y temidos de la selva; potencia, agilidad y salvaje. Igual que el picante que acompaña a nuestros mejillones tigre y que no tenemos olvidar en esta receta o estaremos enterrando bajo toneladas de vergonzantes ingredientes la majestuosidad de este plato.

Ingredientes:

  • Una malla de mejillones de 1 kg.
  • 500 g de gambón.
  • 200 g de cebolla.
  • Dos dientes de ajo.
  • Dos chiles.
  • 50 g de Maicena.
  • 400 ml de leche.
  • Sal.
  • Aceite de oliva virgen extra.
  • Huevos medianos 2 o 3.
  • Empanado Crumbs rebozado crujiente sin gluten de Esguir.

En una olla con tapa, metemos los mejillones y los dejamos en el fuego con un chorro de aceite de oliva virgen extra hasta que se abran por completo.

Pelamos las gambas de sus partes duras, quítales el intestino. En la receta de gambas rebozadas al cava te enseñamos como.

Sacamos los mejillones de su concha, los metemos en una picadora con los gambones y lo picamos todo bien. Reserva la picada de mejillones y gambón, las conchas, las cabezas de las gambas y el caldo de mejillones. Lo usaremos todo en nuestra receta.

Pica muy fino la cebolla, el ajo y los chiles. Con dos cucharaditas de aceite de oliva virgen sofríe las cabezas de los gambones para que dejen en la sartén todo su aroma. Saca las cabezas, añade un poco más de aceite y añade la picada de cebolla, ajo y chiles a la sartén. Lo sofreímos todo y, cuando ya comience a tomar un ligero color dorado, verteremos un vaso de vino blanco que dejaremos reducir hasta que evapore por completo. En este punto es donde añadimos la picada de mejillón y gambón. Mezclamos todo bien con le sofrito de verdura y, cuando esté cocinado todo, tamizamos la maicena que incorporamos a nuestra masa y damos unas vueltas.

Ya con nuestra masa lista, vertemos el caldo que consiste en mezclar 400 ml de leche con unos 200 ml de caldo de mejillones. Esta mezcla es para encontrar un equilibrio entre la potencia del caldo de mejillones y la leche. Si te parece que el sabor es excesivamente fuerte, añade menos caldo de mejillones y si lo notas suave añade un poco más. Busca tu punto ideal.

Vierte poco a poco el caldo y mézclalo primero con la ayuda en una varilla de las de hacer merengue. Esto te ayudará a mezclar mejor la masa y que quede más fina. Luego puedes pasar a un cucharon o paleta. No dejes de remover y cuando veas que la paleta deja surcos la masa está suficientemente espesa para el siguiente paso.

Vertemos la masa en un recipiente ancho, repartimos, dejamos que atempere, lo tapamos con film y lo metemos en la nevera unas 24 horas para que endurezca la masa.

La sacamos de la nevera trascurrido el tiempo. Elegimos las conchas de mejillón más grandes y limpias y con ayuda de una paleta las rellenamos dejando un pequeño montículo, descripción grafica en el enlace de youtube. Una vez rellenas, las pasamos por huevo y rebozado sin gluten de Esguir. Si las vas a congelar pon una hoja de papel de film para evitar que se peguen entre ellas.

Fríelas en abundante aceite y disfruta del espectáculo de potencia y sabor gastronómica con aires marineros crujiendo en tu boca.

Espero vuestros comentarios, que busquéis alimentos glutenfree y que nuestra lucha os haga más libres.

Los comentarios están cerrados.